El Castillo de Beja, ubicado en la Freguesia de Santa Maria da Feira (Beja), data de la Invasión romana de la Península Ibérica. Se cree que los muros de defensa romanos se remonta a algún momento entre el siglo III y el siglo IV.
La primera restauración de los muros de Beja data del reinado de D. Alfonso III (1248-79), y se inició a partir de 1253. Al año siguiente (1254), la población recibió su foral en los mismos términos del de Santarém, confirmado en 1291 en el reinado de su hijo, D. Dinis (1279-1325). Este, a su vez, prosiguió las obras de reconstrucción, reforzando y ampliando las murallas y torres (1307) e inició la construcción de la torre de menaje (1310).
En el siglo XVII, el castillo de Beja ha sido objeto de varias ampliaciones y modernizaciones, en particular en el contexto de la Guerra de la Restauración de la independencia de Portugal cuando fue reforzado por bastiones como ingeniero de proyectos y militar arquitecto francés Nicolás de Langres, aprobado por el ingeniero y el cosmógrafo-mor del reino, Luís Serrão Pimentel, y por el general Agustín de Andrade Freire (1644). En el período de 1669 a 1679 las obras fueron dirigidas por los ingenieros João Coutinho, Diogo de Brito de Castanheira y Manuel Almeida Falcão, pero jamás fueron concluidas.
En el siglo XX fue clasificado como Monumento Nacional, más tarde, se inician las campañas de consolidación de los tramos de las murallas (1958, 1959-1962, 1969, 1970-1973, 1980, 1981 y 1982) y de recuperación de la Torre de Menaje 1965, 1969, 1981).
El torreón robusta, de estilo gótico, es considerado uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura militar de la Edad Media en Portugal. Se eleva a cuarenta metros de altura. La torre presenta balcones angulares sobre mataderos, unidos por varandines defendidos por almidones piramidales. Es rasgada por puertas ojivas y ventanas hermanadas, en arco de herradura. Las salas en su interior, ricamente decoradas, presentan techos en bóveda en cruz de ojivas.
La puerta principal del castillo se abre en arco ojival y accede a la plaza de armas. De las primitivas puertas quedan aún dos de origen románico: la Puerta de Évora, contigua al castillo; y el arco de la Puerta de Avis. La Puerta de Moura es defendida por dos torreones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario